Queridos lectores:

Aquí estoy de vuelta para seguir relatando este energético viaje (ya que creo que no hay otra manera de describirlo, FUE UNA MATADA) en tren por el este de Europa. Como ya conté en la anterior entrada, ya estábamos instalados en nuestro hostel, pero como llegamos a la noche apenas tuvimos tiempo de disfrutar de alguna vista que otra.

 La noche fue bastante agitada. Para empezar, nos costó muchísimo encontrar el hostel, y una vez instados, parece ser que a los húngaros les dio por hacer carreras de coches por la avenida de al lado, haciendo mucho ruido. A la noche, la gente empezó a chillar y queriendo callarlos lancé un shhhh por la ventana, pero esto asustó a mi compañera del cuarto que se despertó chillando. Esto último me asustó a mi, y acabamos abrazados del susto que llevábamos encima. Esto ha sido y creo que seguirá siendo motivo de risas para toda la vida. Al final el cansancio de los vuelos pudo con nosotros y pudimos dormir.

A la mañana siguiente nos despertamos y el caos de la noche anterior quedó en unas buenas risas de desayuno, y una anécdota más para el viaje. Desayunamos fuerte, con la comida que nos daba el hostal, y salimos a la calle a patear la gran ciudad.

La verdad es que todo fue un poco a la aventura, ya que salvo las entradas al parlamento húngaro que las teníamos ya compradas (1000HUF la tarifa joven en la página del parlamento), no teníamos ninguna ruta pensada. Yo ya había estado anteriormente en Budapest, a si que ya sabía más o menos que había que visitar, pero aún así, preguntamos en la recepción del hostal que podíamos visitar.

Informados pues y con 24h para recorrer la mayor parte de la ciudad, nos dirigimos hacia uno de los principales atractivos de la ciudad. El puente de las cadenas. Construido por István Széchenyi e inaugurado el 20 de Noviembre de 1849 tras 20 años de construcción, es el principal puente que une la zona de Buda con Pest.

Puente de las cadenas
Tras cruzar el puente subimos al castillo, A PIE, por que la economía no nos permitía tampoco coger el funicular, aunque la verdad es que no merece tanto la pena, se puede subir perfectamente a pie, encima hay arboles. Una vez arriba y algo sudados (hacían 35ºC, y aunque no cueste, se suda a gusto), bebimos un poco de agua y visitamos toda la parte de la ciudadela. El castillo actualmente es un museo de arte, por lo que tampoco entramos, además no teníamos mucho tiempo para visitar la ciudad.

Tras dar un paseo por la ciudadela, y admirar las vistas de la ciudad, en especial las del parlamento desde lo alto, cogimos un minibus y bajamos abajo, simplemente por que estábamos vagos.

Respecto al transporte público en Budapest jejeje, esto... jajaja, aquí nos marcamos una "pillotería" MUY seria. A nosotros el primer día tras llegar al aeropuerto, nuestro amigo nos dio un billete en teoría válido para 24h para 5 personas. La cosa es que en el billete no ponía fecha, y como en Budapest no hay canceladoras, solo hay que enseñar el billete al guardia de la entrada, y tampoco es que se quedasen mucho tiempo mirándolo, pues utilizamos el mismo billete para todos los días, asi que nos salió bien la compra. Claramente, el karma no pudo dejar las cosas así a si que ya nos pasó factura el último día que pasamos en la ciudad, pero eso ya lo contaré en su respectivo momento, en una entrada futura jajajajaja. De todas formas os dejo la página web del servicio de transportes en Budapest.

Ciudadela

Vistas del parlamento


Tras bajar del monte, dimos un paseo a las orillas del Danubio por la orilla de Buda hasta el puente Szabadság que resulta que está cortado al tráfico a si que puedes caminar a tus anchas por las vías del tranvía, o subirte a los cables que lo sostienen. Aquí nos tiramos un rato haciendo el tonto y sacando fotos.

De vuelta en Pest, entramos al mercado, donde aprovechamos par ir al Aldi para comprar la comida. Tras dar una vueltecilla y agenciarnos una navaja (era de I love Budapest, y de plasticurri barato, pero como no podíamos traer una desde Madrid, pues nada, con esa nos arreglamos todo el interrail), salimos del mercado y nos adentramos en la calle más comercial y hecha para el turista que hay en toda la ciudad: Váci utca. Del mercado no he hablado mucho, y eso que yo soy un apasionado de estos sitios, pero es por que voy a volver a hablar de él más adelante en otra entrada. Solo digo que es un "must"("obligatorio" para los que no hablan inglés) de Budapest.

Tras recorrer Váci utca, nos dirigimos ya hacia los jardines del parlamento, ya famélicos, donde nos preparamos los bocadillos con los típicos y famosos embutidos húngaros. Justo cuando estábamos acabando el bocata, se nubló de repente y echó un aguacero del quince. Como la visita al parlamento era a las 16:00 y todavía era pronto, y estábamos cerca del hostel, echamos a correr bajo la lluvia y esperamos en nuestras habitaciones descansando hasta que llegó la hora de salir. Si, se lo que pensáis, ¡¡si hace un momento he dicho que estábamos a 35ºC!!, y así era, tuvimos un día completamente despejado salvo esta hora y media que cayó la de dios, con perdón.

Salidos del hostel, nos dirigimos al parlamento, donde recibimos nuestras audioguías, y nos hicieron dejar nuestra preciosa navaja en la entrada. Una vez dentro, junto a nuestra guía de habla española, recorrimos los pasillos, escaleras y salones del magnífico edificio. A ver, ya se que antes en aquellas épocas había grandes señores, familias y gobiernos, pero caminando por los pasillos, me llegué a preguntar como narices el gobierno austrohúngaro pudo sacar tales ingentes cantidades de oro, para cubrir TODO el techo. El parlamento por dentro es reluciente, a si que normal que sea espectacular, ¿a quién no se le abren los ojos al ver tanto oro junto?

El parlamento en si, no solo por su metal preciado, es muy muy bonito, aunque la guía era bastante borde, y parecía que daba la visita sin gusto y rápido, ya que apenas teníamos tiempo de disfrutar de las salas, y bueno en la sala de la corona húngara, más te vale no intentar sacar fotos, por que no solo está la guía para echarte la bronca (que seguro que lo haría con gusto) si no que hay dos guardias custodiándola las 24h con un par de espadas bien afiladas. La sala del parlamento, o bueno su gemela, ya que hay dos y la que se utiliza como cámara de los diputados no se enseña, también es muy bonita.

Las fotos del parlamento no me salieron muy bien, pero no se si era por la luz o de la velocidad a la que nos llevó la guía. Bueno una vez fuera y recuperada nuestra navajita jejeje, nos sentamos un rato en la plaza, donde está una estatua de Hösok, y una bandera enorme de Hungría alrededor de la cual siempre hay dos guardas dando vueltas (no logramos a saber a qué venía aquello, pero era gracioso).

Ya descansados (Ya estábamos cansados y era el primer día), nos dirigimos a la estación de Nyugati, que es una de las primeras de Budapest. Diseñada por Eifel, es un edificio de la época de la industrialización muy bonito. Aquí imprimimos nuestros billetes de tren para el día siguiente, nos comimos un Kürtöskalács, que es un rollo típico húngaro, que sorprendentemente lo encontramos con otro nombre y más popularizado en Praga más adelante en el viaje, pero es típico húngaro, y nos tomamos un café en el mc café, que merece la pena entrar, es precioso.

Parlamento húngaro

Estación de Nyugati
De aquí ya nos dirigimos a la avenida Andrasy, donde cogimos el metro (merece la pena coger la linea 1, o aunque sea bajar a a cualquiera de las estaciones que hay a lo largo de la avenida Andrasy), que es el segundo que se construyó en Europa tras el de Londres, y nos bajamos en la plaza de los héroes. Una inmensa plaza al final de la avenida Andrasy, con dos museos a sus lados, el parque municipal atrás y el monumento del milenio en el centro. Merece la pena estar un rato dando vueltas por esta plaza, que aunque parezca mentira te hace sentir pequeño.

Después de esto, entramos en el parque, y visitamos el castillo que con un estilo de los castillos italianos, está al lado de un lago en donde se puede alquilar una barca y pasar un buen rato (nosotros no lo hicimos, ya sabéis, los dineros no dan para todo). La ultima vez que estuve en Budapest, este lago estaba helado.

Tras dar un paseo por el parque y ver la fachada de los baños Szecheny, cogimos el metro y nos volvimos a la plaza Deák Ferenc, ya a cenar, por que estábamos reventados, aunque antes vimos la espectacular cafetería del hotel new york.  Os dejo la ubicación por que no suele venir en las guías pero merece la pena aunque sea entrar y echar un vistazo.

Ese día cenamos en el kfc. Ya se que no es lo mejor pero se sostuvo a votación, y  además es económico. Yo y una compañera no comimos en el kfc, asi que nos cogimos una pizza (realmente MUY RICA) en los subterráneos del metro de  Deák Ferenc tér por solo 250 HUF (que son unos 80 cts) y es enorme. Vale la pena probarla una vez aunque sea. Os recomiendo la de pimiento verde húngaro (pica) o la de peperoni húngaro. Una delicia.

Tras cenar, nos dirigimos al hostel a descansar y dejar las cosas, pero la paz no duró mucho, por que quedamos con el amigo de mi hermana, que nos llevó al parlamento a verlo iluminado de noche. A si que con estas fotos del final del día cierro esta entrada y me despido hasta la próxima!!!


plaza de los héroes



Parlamento iluminado



Publicado el 10/01/2017


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